domingo, 30 de marzo de 2014

¡Profesional y chic!

¡Hola mafiosa!

Amo la moda y aunque tengo estudios de corte y costura, mi profesión real no puede ser más opuesta: soy licenciada en Relaciones Industriales, por lo que he pasado gran parte de mi vida laboral metida en una oficina; este hecho me hace ser experta en lo que para muchas es un verdadero dolor de cabeza: ¡ropa para ir a trabajar!


Algunas pensarán "¿y qué tiene de difícil? Te pones un pantalón de vestir, una blusa de botones, tacones y listo", pero no, la vida y la moda no son así de sencillas. He visto chicas inteligentes y talentosas, cuya ropa grita "estoy aquí para adornar la oficina, me eligieron por mis atributos físicos así que no me tomen en serio" u otras que son perfeccionistas y sacrificadas pero su outfit funciona como el mejor camuflaje para no fijarse en ellas. Las prendas que eliges para ir a tu trabajo (a menos que uses uniforme) deben reflejar tu personalidad pero sin dejar por fuera tu lado profesional; no hay excusa para estar desaliñada, lucir aburrida o verte como una bomba sexy. Puedes explotar tu feminidad, lucir sensual, divertida y al mismo tiempo transmitir una imagen competente y sobria.


Lo primero a tomar en cuenta son las normas en el vestir de tu sitio de trabajo: ¿es formal o informal? En una oficina formal no puedes usar jeans (ni siquiera el viernes), usar faldas a menos de un centímetro de la rodilla o calzado abierto; mientras que en un sitio informal o casual la etiqueta es más relajada (sin que eso signifique usar pantalones rotos o camisas con caricaturas).

Lo siguiente a evaluar es la actividad de la empresa: aunque te veas fabulosa con un traje taller y stilletos, estarás fuera de lugar si trabajas en una tienda de artículos deportivos. Es importante que transmitas sentido de pertenencia con tu ropa o tus jefes podrían pensar que no sabes adaptarte o que fuiste una mala elección.

Si eres una mafiosa de corazón, a estas alturas sabrás cual es tu tipo de cuerpo y qué prendas le quedan bien (y si no es así, ¿qué esperas para seguirme en Twitter? En @MafiaGlam publico diariamente tips para conocer tu silueta y vestirla de acuerdo a su forma). Pero como mi objetivo es ayudarte siempre, aquí te dejo unos consejos a la hora de construir tu imagen laboral:
  • Comodidad y funcionalidad: ya sabemos como se siente la ropa cómoda (no aprieta, no pica, puedes moverte como quieras y no resalta las zonas desastrosas) pero también es necesario que cada prenda sea funcional, es decir, que resalte tu belleza y se adapte a tu figura, disimulando los defectos. Piensa en ropa de dormir: una pijama es cómoda pero jamás podrá ser funcional, en cambio un sensual negligee cumple con ambas.

  • Accesorios ante todo: a menos que trabajes con equipos peligrosos, con alimentos o en lugares donde debe mantenerse un ambiente esterilizado, puedes usar accesorios en casi cualquier sitio de trabajo. Los accesorios complementan tu outfit y le dan personalidad, brillo y fuerza. Un brazalete grueso, un collar impactante o varios anillos delicados son piezas necesarias en tu closet. Imagínate el impacto que tendría señalarle algo al presidente de la empresa con una mano bellamente accesorizada.

  • Dile sí a vestidos y faldas: quizás tus piernas sean muy blancas, muy delgadas o tengan algunas cicatrices; sin embargo nada de eso es una excusa para dejar de usar una de las prendas más elegantes y sensuales que existe: la falda lápiz. Puedes maquillarlas o usar corrector facial en crema en las pequeñas imperfecciones. Si tus tobillos son gruesos, evita las flats o las harás visualmente más gruesas.


  • Tacones sin sacrificio: si luces más alta te verás más estilizada pero si debes pasar 12 horas (8 de trabajo, 1 de almuerzo y el resto yendo y viniendo de tu casa) con unos tacones de 12 cms tu humor será de perros al final del día. Escoge unos de 5 cms con un poco de plataforma o unas wedges, es importante que la punta sea redonda y que el material permita la transpiración. Esto te asegura un calzado cómodo con el que resistirás la jornada sin perder el estilo glamoroso (además que los tacones exageradamente altos no son elegantes). 

  • Peluque-arte: la ropa más trendy, los accesorios más interesantes, el maquillaje más favorecedor no surten efecto ante un cabello opaco, áspero, desordenado o peor: eternamente recogido en un desafortunado moño. Invierte en un curso de peluquería y aprende a secarte el cabello correctamente, mira videos en Youtube para conocer los recogidos más hot y piensa que una melena envidiable es el marco perfecto que resaltará la belleza de tu rostro.

  • Envenena los básicos: una blusa blanca y un pantalón negro no harán nada por ti a menos que escojas cortes limpios y favorecedores. Ponle sabor a los neutros con texturas interesantes (cuero, seda, encajes, etc.). Una imagen sobria no significa sosa, puedes añadir colores insolentes a un conjunto gris para reanimarlo. 

  • Se detallista: lucir una manicure y una pedicure perfecta es cuestión de tomarte un tiempo para ti cada domingo. Retocar las raíces cada 6 semanas mantendrá tu color vivo. Depilarse el vello facial (o el de las piernas) es un ratito (en tu casa o en un spa). Reparar la ropa (sea para adaptarlo porque perdiste peso, coser un botón, cambiar el cierre o cortar el ruedo de un pantalón nuevo) es la mejor inversión que puedes hacer por ti ya que tu silueta se verá espectacular siempre. Son estas pequeñas cosas las que construyen una imagen fabulosa.

  • Vístete para triunfar: los pantalones muy ajustados no te quedaran mejor que unos de corte recto. Un escote profundo no es más atractivo que un cuello redondo. Una minifalda puede traerte más problemas que un atuendo elegante. La sensualidad no es una habilidad que pondrías en tu curriculum, así que no es necesaria lucirla de forma obvia en el trabajo (a menos que seas promotora o modelo).
Si eres talentosa, comprometida, exigente y muy eficiente; no te autosabotees usando ropa horrible. Permite que tu lado profesional se refleje en tu exterior y luce divina durante esas largas jornadas laborales (quién sabe que ascenso podrías lograr).

¡Hasta la próxima!